Este tema da más para un libro que para un artículo, por lo que trataré de sintetizar en lo posible. Decirte que si en tu puesto de trabajo eres el último en llegar y el primero en marcharse y haces estrictamente lo que se espera de ti, este artículo no es para ti a no ser que pretendas cambiar de forma meridiana.
Debemos diferenciar, primero de todo, entre pedir un aumento de sueldo como mano de obra especializada o sin especializar. Esto se debe a que la especialización favorece las diferencias entre trabajadores y esto abre un abanico de oportunidades de mejora. Apreciar la diferenciación en los puestos de trabajo no especializados suele ser más complejo la mayoría de las veces, al menos.
Pedir un aumento, puede llegar a ser necesario en algunos momentos de nuestra vida laboral, pero en muchas ocasiones es como una carrera llena de obstáculos. Estos obstáculos en ocasiones pueden parecer infranqueables, pero en realidad pocas veces lo son, al menos estrictamente hablando.
A la hora de solicitar un aumento, el objetivo debe ser conseguirlo y no imponerlo, por lo que como cualquier objetivo necesitará de una preparación previa. Lo primero que se suele tener en cuenta para solicitar una subida de salario es la equiparabilidad con nuestros compañeros o con otros puestos similares dentro de nuestro sector. Esto que a priori parece muy lógico es el primer error que comete casi cada persona que decide solicitar un aumento.
¿Por qué no debes empezar por la equiparabilidad?
Debes tener en cuenta, siempre, que cada persona es única y ello inevitablemente indica que cada trabajador es único y diferente a los demás. Por ello lo primero que debes hacer de manera sosegada es un análisis de tu situación particular. Te recomiendo que lo hagas en un lugar tranquilo y en un momento en que estés relajado y descansado. Por ejemplo, un domingo por la mañana, después de haber descansado bien y después de haber desayunado. Ambos puntos son importantes para evitar que el hambre o el cansancio nos influencien a la hora de valorarnos e incluso que nos irriten.
En nuestro propio análisis deberemos incluir tanto nuestras fortalezas como nuestras carencias o debilidades. Siempre existen fortalezas y siempre existen debilidades y por ello debemos esforzarnos en mantener las primeras y suplir o solucionar las segundas. Que un compañero de trabajo u otro de nuestro sector cobre más que nosotros no nos da derecho a cobrar lo mismo por simple comparación. Necesitamos una comparación exhaustiva de la situación para ver objetivamente si somos merecedores de un aumento retributivo.
Recuerda lo más importante de todo, para recibir hay que dar y dar no es solo hacer lo que se espera de ti. Este es otro error muy frecuente, hago lo que me pagan por hacer. Si en vez de eso en tu puesto de trabajo muestras disposición, jovialidad, competencia y cooperación, los demás lo notarán. Tus jefes lo verán y entonces tu subida de sueldo no les parecerá una petición desmedida.
¿En qué momento debes pedir tu aumento de sueldo?
Al igual que para hacer tu propio análisis debes optar por hacerlo en un momento adecuado, sosegado y descansado, debes tener en cuenta los mismos principios para con tu jefe o superior.
Si decides abordarlo un viernes por la tarde a última hora, su predisposición seguramente sea diferente a la de un lunes a primera hora de la mañana. Lo mejor estadísticamente será hacerlo un viernes después de comer, siempre y cuando ese día la persona en cuestión (nuestro jefe) esté de buen humor. Porque sí, el humor importa y mucho, como también lo hacen el estrés, la fatiga y otros condicionantes.
Por tanto, pedir un aumento no se debe realizar a la ligera. Es una mejora muy importante para nosotros, sobre todo a largo plazo, por lo que habrá que planearlo en detalle y llevarlo a cabo en el momento idóneo.
Si elegimos hacerlo la semana en la que se anuncian unos resultados negativos de nuestro departamento, por ejemplo, las posibilidades de éxito bajarán un porcentaje importante.