Mail diario

Mi puto problema

Mail diario #14

Mira, tengo un problema.

Bueno, sí. Me he quedado muy corto. Ya sabes tengo muchos problemas de este tipo y a fin de cuentas me definen y me dan forma.

El problema del que te hablo, es de lo que me pasa con la lectura y con la escritura. Hoy te hablaré más de lo segundo y menos de lo primero. Pero van unidos y quién sabe, puede que te identifiques conmigo en algo. Aunque no sea en la escritura o en la lectura. Pero seguro que hay algo que te absorbe a ti también.

Suelo decirle a la gente, que si no tuviese familia y clientes, leería y leería. Me bajaría del mundo para leer y leer. ¿Por qué? puede que te preguntes.

Pues porque la lectura es una fuente inagotable de conocimiento y yo siempre quiero saber más.

Por eso leo poca novela, en comparación. Me fascina la novela, pero no me da la vida para todo.

Te pongo en contexto.

Para leer, yo tengo unas horas asignadas al día que ya sea domingo o nochebuena, yo leo. Porque si no leo, me siento mal o culpable y no me gusta sentirme ni mal, ni culpable.

Es como si al no leer me fallase a mí mismo (y es justamente eso).

Pero bueno, como tengo familia y clientes (y amigos y perros y…) pues tengo que hacer más cosas a parte de leer y escribir.

La gente cercana, no entiende cómo saco tiempo para escribirte un mail diario y además hacer todas las cosas del día. Mi respuesta suele ser: -Madrugando más que la media.

Pero realmente no es la respuesta. Porque podría madrugar más que la media y perderme en cosas inútiles como hacer scroll infinito en las redes sociales.

La verdadera razón de por qué me da tiempo, es que me encanta escribir y para mí es muy importante cumplir con mi palabra. Cumplir contigo, porque te he dicho que recibirás un mail mío todos los días y cumplir conmigo porque te lo he dicho.

Y entonces, se convierte en algo, casi, obsesivo. Me vienen ideas de forma continua sobre lo que escribirte y entonces las apunto. Apunta tus ideas, no confíes en tu memoria, porque no, no es de fiar, por buena que sea. Si no debes fiarte de algo es de tu memoria.

Las ideas se apuntan y punto final. Eso no admite discusión.

Cuando me puse a escribir Dioses del Sahara, casi que me bajé del mundo. Estábamos en pleno confinamiento y escribir era casi un 24/7. No 24/7 escribiendo, pero sí pensando. Si paseaba, el foco de mi mente estaba en la novela.

Si estaba comiendo, estaba de cuerpo presente y con la mente ausente, porque mi mente estaba en la novela. Si estaba follando, ¿pensaba en la novela? La verdad no me acuerdo, pero dado el grado de obsesión que tenía, es lo más probable.

Porque sí, cuando follas piensas. En algo, en lo que sea, pero piensas. Es imposible follar y no pensar. Piénsalo.

Mi mujer, tras yo terminar de escribir la novela, me dijo en tono tajante:

-Esto no se puede volver a repetir.

Supongo (no lo supongo), que se refería a que en 27 días, de 7 am a 10 pm, Sergio (yo), escribía y poco más.

Porque sí. A falta de repasar, a los 27 días mi novela estaba terminada y no se lo recomiendo a nadie. Con familia o sin familia. Fue demasiado y nunca volveré a hacer nada parecido.

Pero como te decía al inicio, es mi problema (uno de tantos), que cuando me pongo con algo, me pongo. Vaya si me pongo.

Después de Dioses del Sahara seguí escribiendo. Tengo 3 novelas a más de la mitad de su recorrido. Pero. Siempre hay un pero. Yo tenía un objetivo. Y ese objetivo era escribir una novela que me gustara y con Dioses del Sahara lo conseguí. Puede que a ti también te guste Dioses del Sahara, de echo es lo más probable.

Dicho de otro modo, con el objetivo cumplido, no tenía necesidad de escribir a un ritmo concreto. Vale que después le escribí un cuento navideño (El Reno Patoso) a mi hija y este se puso nº1 en Amazon. Y también escribí algún relato corto.

Pero en definitiva que ahora la única necesidad, porque me lo pide el cuerpo, es escribirte una vez al día. Porque me mantiene activo en la escritura y porque me gusta mucho.

¿Por qué te cuento todo esto?

Pues porque, cuando me contratas voy a tope contigo, para que consigas tu objetivo.

Así que si quieres cambiar algo en tu modo de ver el mundo, puedes escribirme a mi Whatsapp o mail y hablarme de tus objetivos.

Buenas noches

Sergio Álava
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