Mail diario #7
Me he perdido tantas cosas que la lista sería interminable y lo mismo te ha pasado a ti.
Verás.
Hace como 30 años fui a esquiar por primera vez. Típico plan con amigos que esquían y te dicen que vayas que te lo asarás genial…
No se equivocaban los cabrones. Fuimos 3 parejas. Dos parejas sabían esquiar y nosotros (mi ahora mujer y yo) nada de nada.
El lugar elegido (no sé por qué) fue Gavarnie, en el lado francés de los pirineos y recuerdo como si fuese hoy la experiencia de ponerme los esquís por primera vez.
Fue más o menos así: Se elige una zona llana o casi y uno se sube por las buenas, como te han dicho tus amigos que controlan.
Seguidamente el esquí izquierdo empieza a avanzar hacia la izquierda al mismo tiempo que el derecho lo hace para la derecha.
Imagina mi cara pensando que me iba a partir en 2 (no soy muy flexible). Así que me tiré al suelo.
No recuerdo mucho más, salvo que me lo pasé tan bien y me gustó tanto (sin saber y sin que nadie me enseñase nada) que decidí no volver nunca jamás.
Te preguntarás el por qué, como es natural. Pues hice un cálculo de tiempo y vi que no tenía más tiempo para más aficiones. Siempre he tenido muchas, porque básicamente me gusta todo y si tiene movimiento y velocidad más. Así que sacrifiqué aquello que tanto me gustó, porque no llegué a aprender nada.
Pasaron los años (10) y en un plan familiar salió la opción de ir a Ezcaray a esquiar. Decidí saltarme mi nunca más de los jamases y fui. Esta vez me dejaron unos esquís más cortos (cogen menos velocidad y se maniobra más fácil) y me abandonaron a mi suerte mientras los demás se iban a las rojas.
Sólo recuerdo caerme y poco más, además de pasarlo como un enano con pintas. Por lo que de nuevo decidí que nunca más de los jamases. Ten en cuenta que yo practicaba caza mayor y las temporadas se solapaban. Por lo que no me costó demasiado mantenerme alejado de las pistas.
Pero claro, dejé la caza. Me volví eco… no sé en que me convertí y ni me acordé del esquí. Entonces, mi hija de 7 años empezó a tontear con el esquí junto a su madre que no lo abandonó como yo. Pero, siempre hay un pero. Como en una mañana de una de mis aficiones más arraigadas me pasé de listo, pues pasó lo que pasó. (Esto fue unos años antes de que mi hija empezase con el deporte de nieve).
Te explico. Una de las personas que conozco que mejor ha andado y anda en moto de campo (Miguel Angel Llarena para más señas) me dijo una vez:// En moto te caes cuando te pasas de listo.
Qué gran verdad. Él no lo sabe (Miguel) pero sin duda es de quien más he aprendido a montar en moto de enduro (yo venía del trial) y estoy muy agradecido.
Bueno, pues es día en una bajada muy técnica yo iba en un estado de flow, ese estado en el que disfrutas y todo te sale bien. Resultado. Un árbol caído, corrijo trayectoria, choco contra un boj (suelen ceder), el boj no cede, la moto vuela, yo caigo, la rueda trasera me da en la cabeza… Ligamento anterior cruzado izquierdo roto y el menisco también, por simpatía, supongo.
En definitiva, 6 meses de recuperación, 6 meses sin tocar la moto de campo, 6 meses para pensar, 6 meses para planificar…
Después de esto, pensar en esquiar ni aparecía en mi mente a pesar de ver a mi hija y querer compartir eso con ella.
Todo bien. Hasta hace 2 semanas que fuimos con amigos a Alto Campoo y tras verles por allí y yo disfrutar de un paseo por la nieve. Dije:// La semana que viene me cojo un monitor en Candanchú y a ver que tal.
Eso sí, rodilleras de seguridad (las de la moto) sí o sí puestas. La gente no lo sabe, pero son para esquiar también.
¿Y qué pasó? Pues que he vuelto enganchado no, enganchadísimo. Mi diálogo interior era en pla: Yo he nacido para hacer esto.
Con los monitores no sólo aprendí, sino que disfruté y disfruté. No me bajé ni un segundo de los esquís, desde que abrieron la estación hasta que cerraron. Eso el primer día, en el que no paré ni a comer, ni a beber, ni a mear, ni a nada. El segundo día paré 10 minutos para tomar un refresco y me arrepentí de haber perdido ese tiempo.
Sé que no voy a alcanzar el nivel que habría alcanzado empezando con 20 años. Pero sé que lo voy a disfrutar mucho y sé que me voy a exigir mucho (como hago siempre en todo) y sé que no me voy a arrepentir, ni un poco, de no haber seguido con el esquí a los 20.
Quizás te preguntes por qué y te voy a dar la respuesta que espero te sirva. No puedes arrepentirte de tus decisiones pasadas. Porque son pasado y el pasado nos da forma. No serías la persona que eres hoy, si no hubieras hecho todo lo que has hecho antes de hoy. Y no debes arrepentirte de eso, porque todo eso te ha traído hasta aquí. Lo que sí puedes, es decidir qué vas a hacer de aquí en adelante y cómo vas a disfrutar de ese proceso.
Es justo lo que voy a hacer yo con el esquí. Le voy a dedicar más sin pensar ni un segundo en si hubiera… Eso sólo sirve para deprimirte, frustrarte y te aleja del camino que quieres vivir de aquí en adelante. Porque sólo importa el ahora (no lo olvides nunca). El pasado ya se fue y no lo puedes cambiar y el futuro es tan incierto que no sabemos hasta donde nos llegará.
Mira. Hace tiempo leí, no sé donde, algo que cambió mi visión sobre todo.
Decía algo así: Lo único que poseemos las personas, lo único que poseemos de verdad, no son coches, casas, lujos, tecnología o ni siquiera dinero. Lo único que poseemos es TIEMPO y nadie sabe cuánto tiempo le queda.
Como siempre, ¿por qué te cuento todo esto?
Pues porque tengo esa rara habilidad que puede ayudarte a ¿despertar? y enfocar tu vida hacia lo que quieres. Lo haré con la ayuda de la hipnosis y el proceso te encantará.
Puedes escribirme a mi Whatsapp y hablarme de tus objetivos.
Buenas noches.