¿Cómo tomar decisiones en una empresa de la manera adecuada?

A lo largo de nuestra vida cotidiana tomamos decisiones de todo tipo y con frecuencia nos enfrentamos a algunas que son más importantes que la media. Estas últimas suelen generarnos dudas, confusión y estrés.

En el mundo empresarial ocurre esto mismo, pero con la particularidad de que el promedio de decisiones importantes y determinantes es muy superior al de la vida ordinaria. Por ello, en gran medida, el mundo empresarial lleva aparejados niveles de estrés personales muy superiores al del mundo personal.

¿Cuál es el verdadero problema a la hora de decidir qué decisiones tomar en una empresa?

Podemos dividir el problema en tres partes fundamentales.

• La primera es que en la mayoría de casos hay una sola opción buena y el resto serán erróneas o equivocadas. La sabiduría popular dice, muy acertadamente, que: Solo hay dos formas de hacer las cosas, bien o mal. 

Esto en el mundo empresarial es muy aplicable y más cuando se desconoce la opción ganadora. Esto quiere decir que habrá varías o muchas opciones malas y una sola acertada. Por lo que equivocarse será siempre más probable.

• La segunda parte del problema radica en que muchas veces cuando se conoce el tipo de decisión que se ha de tomar, esta tiene consecuencias para una o varias personas afectadas en el proceso de toma de decisiones.
• La tercera y última hace referencia a la incertidumbre y el riesgo financiero y/o direccional de la nueva decisión. Que demos con la solución adecuada no quiere decir que vayamos a ser capaces de llevar a cabo ese camino o de superar la crisis actual (si existe) a pesar del cambio. Por tanto estaremos ante una incertidumbre y ante un riesgo financiero o de asignación de tareas u objetivos.

No voy a entrar aquí en los tipos de situaciones más frecuentes en las que debemos tomar decisiones difíciles, ya que el rango es demasiado amplio. Me centraré en el cómo mejorar la toma de decisiones en una empresa, para tener una guía general o camino de ruta.

¿Cómo tomar las decisiones empresariales?

• El primer paso, por supuesto, será identificar el objetivo al que queremos llegar. Muchas veces habrá un problema que solucionar en la empresa, pero lo realmente importante será el objetivo al que se quiere llegar. Reducir costes, aumentar las ventas, reducir los tiempos de producción, optimizar el gasto de materias primas, optimizar el riesgo operativo de los departamentos, traslado de sedes o fábricas, crear departamentos…Todos ellos son objetivos.

Cuando el objetivo está identificado, debemos trabajar para idear la mejor forma de conseguirlo.

• Estamos por tanto ante el segundo paso de las etapas del proceso. Con la mente siempre fija en el objetivo primero, iremos anotando las ideas u opciones posibles. Si es factible, también recopilaremos los puntos de vista de otras personas relevantes de la empresa u organización.
• Con todo ello debidamente anotado, estaremos en el tercer paso. En él deberemos valorar objetivamente cada una de ellas para encontrar sus ventajas, debilidades y riesgos posibles.

Muchas veces, demasiadas, este análisis no es fácil de realizar porque se desconocen muchos datos que afectarán al futuro de la decisión. El ejemplo reciente lo tenemos con la pandemia global del Covid19 que llevó al traste miles de decisiones operativas.

Para otro buen número de empresas e inversores, la guerra de ucrania afectó y afecta a los resultados obtenidos.

Se debe tener siempre en cuenta que prever un resultado futuro será más difícil cuanto mayor sea el alcance de la previsión en tiempo. Dicho de otro modo, predecir un desempeño futuro a corto plazo será mucho más sencillo que cuando la predicción se haga a años vista.

Por ello siempre es recomendable, aunque no siempre es asumible, dejar un amplio margen de maniobra financiera.

Una decisión estratégica arriesgada, podrá saldarse con pérdidas o ganancias importantes.

Por ejemplo, si para solucionar el problema que afecta a nuestra empresa, como persona encargada de tomar la decisión, optamos por realizar acciones que impliquen una limitación de recursos, es muy probable que a medio y largo plazo esa decisión sea contraproducente.

Por todo esto es muy lógico y recomendable contar con un punto de vista externo, de una persona formada para obtener una visión de conjunto y aislada de la empresa. Su trabajo será no el de decirnos qué decisión es la mejor para la empresa, sino el de hacernos ver todos los enfoques importantes y que ello nos permita tomar decisiones de forma adecuada y debidamente sopesadas.

Es un error muy común, en la toma de decisiones en la empresa, pensar que haber dado muchas vueltas al asunto en cuestión nos entregará la mejor solución. Si todas esas vueltas y cavilaciones se han centrado en un bucle personal, en ocasiones guiado por el fragor del momento, nos estaremos dejando fuera de nuestro diagnóstico otros enfoques.

La visión desde fuera, se caracteriza por su neutralidad y por no estar sesgada por sentimientos personales, que siempre guían a nuestra mente hacia una dirección y no tiene por qué ser la correcta.

La función del mentor empresarial

Un mentor empresarial, no se caracteriza por arrojar soluciones maestras, sino por ayudarnos a crear hábitos de reflexión que nos ayuden a obtener la mejor versión de nosotros mismos como directivos.

Dicho de otra forma, el trabajo del mentor sobre toma de decisiones empresariales, será caduco en el tiempo. Porque una vez realizado su trabajo, el directivo, empresario o emprendedor tendrá a su alcance las herramientas mentales que le permitirán tomar decisiones futuras por sí mismo.

Si crees que puedes necesitar ayuda en este aspecto, contacta conmigo sin compromiso alguno por tu parte. Juntos podremos valorar tus hábitos de enfoque empresarial y valorar si puedo ayudarte en el proceso. Puede que ya estés en el camino correcto y no seas consciente de ello. En ese caso solo me quedará felicitarte por ello.