El miedo a la velocidad, es un miedo muy extendido, más de lo que pueda parecer, de hecho.
En principio es una respuesta natural de nuestro subconsciente defensivo. Nuestro yo interno sabe que el riesgo de sufrir lesiones es más elevado a medida que la velocidad de nuestro cuerpo aumenta. Más que más si es por causas ajenas a nuestra propia locomoción.
En una medida u otra todas las personas padecemos este miedo. Lo realmente importante será gestionarlo de una forma adecuada. Aquí veremos síntomas, causas y tratamientos posibles.
¿Cómo se llama el miedo a la velocidad?
Tacofobia es el término empleado para denominar el miedo irracional a la velocidad.
La palabra «tacofobia» tiene los componentes léxicos de: takhys, que se refiere a rapidez y phobos que por su parte significa miedo. Tiene además el sufijo -ia que indica cualidad.
¿Qué sienten las personas con miedo a la velocidad?
Las personas con tacofobia principalmente tienen pensamientos negativos en el momento que se sobrepasa su umbral de velocidad aceptable. Por supuesto el umbral será propio y específico de cada persona. Esto mismo significa que cada umbral de velocidad relativo a la tacofobia es completamente inespecífico. Cuando estas personas se suben a un vehículo que no dirigen ellas mismas, su sistema nervioso se pone en alerta en el mismo momento que el vehículo inicia el movimiento.
El miedo a la muerte o sufrir lesiones de importancia, son los sentimientos más frecuentes en los tacofóbicos.
Esta fobia a la velocidad puede incluso puede producir miedo a conducir por uno mismo. Sobre todo si se es un conductor novel que no ha podido adquirir las suficientes experiencias de conducción y velocidad.
La sensación de falta de control que les invade cuando por ejemplo montan en una montaña rusa, suele ir acompañada de tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco, sudoración, pérdida de equilibrio y otros síntomas. En los casos más graves una situación de altas velocidades, como esta, puede desencadenar un ataque de pánico.
¿Cómo perder el miedo a la velocidad?
Para superar el miedo a la velocidad existen diferentes metodologías o estrategias al igual que a la hora de superar cualquier tipo de fobia. Dependiendo del grado de la fobia, podremos ser más o menos directos.
Por ejemplo en casos leves la simple exposición controlada y progresiva hará el trabajo de forma eficaz.
Por contra en los casos más graves o difíciles precisaremos de estrategias menos invasivas, como la terapia cognitivo conductual o la programación neurolingüística. La PNL se muestra muy eficiente para esta fobia y es una de las estrategias que más me gusta para las personas que sufren tacofobia.
El miedo a la velocidad y los pilotos de rallies
A lo largo de los años he estudiado la expresión facial de numerosos pilotos de rallies y he charlado con muchos a cerca del umbral de velocidad. No hablan, por lo general, de una velocidad límite o terminal donde su miedo pueda aparecer. Más bien hablan de ello de una forma más lógica y apropiada.
Relatan que lo que más incide en su emoción relacionada con la velocidad. Por ejemplo cuando pilotan por carreteras estrechas y sinuosas por bosques de árboles grandes, el miedo aparece a velocidades menores con respecto a otros escenarios. El miedo a estrellarse contra un árbol grande está justificado, puesto que este hecho ha producido numerosas muertes, en este deporte, a lo largo de los años.
Sin embargo cuando van a mucha más velocidad por largas rectas, la falsa sensación de control y seguridad hace que su miedo apenas se manifieste hasta alcanzar velocidades superiores a los 230 km/h.
Los pilotos detallan cómo la actividad de pilotaje debe ser continua y estable en el tiempo para mantener los umbrales a raya. Si por circunstancias pasan largas temporadas sin poder pilotar, no solo se resienten su ritmo e incluso sus reflejos, sino que el umbral de miedo también se ve afectado.
La tensión y el estrés afectan a las funciones básicas
Durante el pilotaje de alta velocidad, se debe mantener un nivel de atención altísimo. Ello, si no se gestiona bien, puede incurrir en otros problemas indeseados y no previstos.
Por ejemplo el piloto profesional y médico Adrien Formaux relató en cierta ocasión como en los tramos largos se “olvidaba” de respirar lo suficiente. Pues su concentración se dirigía mayoritariamente sobre el pilotaje en sí. Este fallo le provocaba fallos de concentración y de ejecución a causa de falta de suficiente oxígeno en el cerebro.
Pues bien, esto les ocurre también a las personas con tacofobia. El estrés, la ansiedad y la angustia impiden que respiren adecuadamente y ello les puede impedir procesar la información que reciben de forma adecuada.
Vemos como para este tipo de fobia también la archiconocida recomendación de : “Respiiiira, respiiira” es muy adecuada.
Si tu miedo a la velocidad limita tu vida diaria te invito a contactar conmigo, juntos podremos solucionarlo.