Cambiar de trabajo puede ser en muchas ocasiones o en algunos contextos o circunstancias personales, algo necesario e incluso imperioso. Pero esto conlleva superar algunas barreras psicológicas a no ser que el nuevo trabajo aporte unas condiciones económicas extraordinarias, por ejemplo.
Lo primero que suele ocurrir es el apego a lo conocido y el miedo a lo desconocido. Aunque en el trabajo actual se cuente con uno o varios factores negativos, como tiranteces con algunos compañeros, salario insuficiente, distancia al puesto de trabajo, horarios de difícil conciliación familiar etc, sentiremos un apego o halo de seguridad que nos será difícil abandonar. Esto ocurre a priori porque el nuevo trabajo, el que nos ofrecerá mejoras en uno o varios de los puntos anteriores, es un perfecto desconocido para nosotros. Ese desconocimiento, por supuesto, nos generará incertidumbre y esa incertidumbre nos hará dudar y seguramente nos haga perder más de una hora de sueño.
Además, si el ambiente laboral actual es moderadamente bueno o incluso muy bueno, nos aferramos a él, ya que perderlo no nos garantiza alcanzar un nivel equiparable en el nuevo puesto de trabajo. Si estás valorando cambiar de trabajo, todo esto que he detallado y algunas cosas más te serán familiares, tanto si ya tienes una oferta laboral nueva como si la estás buscando.
Pero primero de todo te diré que si estás pensando en cambiar de empleo, porque te han ofertado otro similar con mejores condiciones, no te lances sin más a ese nuevo puesto. Cuando hablamos de mejores condiciones laborales no nos referimos únicamente al salario total anual. Las condiciones nuevas pueden tener menos horas laborales, menos tiempo de desplazamiento, otros incentivos adicionales y por supuesto puede haber mejoras salariales.
Si este es tu caso debes leer el siguiente apartado.
¿Debes aceptar la oferta de trabajo por sus condiciones?
La respuesta corta sería NO y la larga comienza con un depende. A no ser que tu trabajo actual te aborrezca, te llene de estrés y/o de insatisfacción, no debes tomar la decisión a la ligera.
Primero de todo, debes valorar los pros y los contras del trabajo actual y los del nuevo, mejor escribiéndolos por columnas y valorando cada uno de ellos con MAL, REGULAR o BIEN.
Tras el balance deberás comparar los resultados y si el balance se inclina hacia el nuevo puesto habrá algo más que deberás hacer antes de aceptar el puesto. Esto será nada más y nada menos que hablar con tu jefe o superior y exponerle el caso con honestidad. En este acto detallarás que te gusta tu actual empleo y que no deseas cambiar, pero que las nuevas condiciones son una mejora considerable, por lo que solicitas alguna posible mejora para equiparar la oferta nueva.
Si la persona que deba tomar la decisión entiende y ve factible la petición, no tendrás que cambiar nada y tu vida laboral habrá mejorado. Esta maniobra también deberás comentarla con el ofertante nuevo, lo que hablará de tu implicación y lealtad con la empresa que te contrata, algo que a la larga siempre rendirá réditos de algún tipo hacia tu persona.
Si tu caso es otro y eres tú quien está buscando o ha buscado la nueva oferta laboral, deberás hacer otras cosas.
¿Debes aceptar el puesto que has buscado y para el que te han seleccionado?
La respuesta corta es sí. Y el por qué de esto es que este caso difiere mucho del anterior. Antes hablábamos de que alguien venía a ofrecerte un nuevo trabajo y ahora hablamos de que tú has ido a buscarlo. Por lo tanto, si tras concederte el puesto decides negociarlo con tu actual empleador, no darás buena imagen ni ante el actual ni ante el nuevo contratador lo que irá en tu contra.
Tu marca personal quedará dañada y no transmitirás confianza, lo que a la larga te traerá problemas. Por ello, lo mejor sería informar con tiempo suficiente a tu actual jefe. Si es con más tiempo del legal establecido mejor aún. Esto afianzará tu imagen en ambos lados del tablero de juego, lo que siempre es importante.
El nuevo empleador sabrá que podrá confiar en ti y que no le dejarás tirado en cualquier momento y sin previo aviso y el actual quedará agradecido. Ya que el mercado laboral es como la propia vida y esta da muchas vueltas, la mayoría de ellas impredecibles, no está demás sembrar un buen camino, por si algún día necesitas recoger algún fruto.
Recuerda que miles de personas cada año retornan a puestos de trabajo anteriores y esto no es deshonroso ni contraproducente, sino todo lo contrario.
Referencias Bibliográficas:
- ATRAPADO EN LA CARRERA ERRÓNEA – HERMINIA IBARRA, HARVARD BUSINESS SCHOOL (2002)
Disponible en: https://dokumen.tips/documents/atrapado-en-la-carrera-erronea-herminia-ibarra-harvard-business-school.html?page=8