La mayoría de las personas, a diferencia de los grandes comunicadores, desconocen la importancia que tiene la comunicación no verbal. Ese tipo de comunicación es el que pasa sin pena ni gloria para nuestro yo consciente. En cambio nuestro subconsciente, que siempre se fija en los pequeños detalles, le dará mucha importancia. El psicólogo israelí Daniel Kahneman (premio nobel de economía) los denominó Sistema 1 (rápido y emocional) y Sistema 2 (lento y lógico).
Cuando tratamos de comunicar algo a otras personas es muy importante que nuestro cuerpo transmita el mismo grado de sentimiento que el que ofrecen nuestras palabras. Dentro de esa expresión corporal, mover las manos será de lo más sencillo de utilizar y además muy importante para comunicar bien.
Por ejemplo, los gestos de las manos y los movimientos del cuerpo indicaran a nuestro público si estamos cómodos o por el contrario nerviosos.
Es muy importante que entiendas que la expresión con las manos es una palabra dentro de una frase. Esto quiere decir que tener las manos en los bolsillos denota pasotismo algunas veces y otras puede ser un componente gracioso de nuestro discurso.
Por tanto, no debes obsesionarte con no meter las manos en los bolsillos o con no cerrar el puño. Dependiendo del contexto podrá ser interesante hacerlo o no.
¿Qué deben decir tus manos cuando hablo en público?
La expresión corporal con las manos siempre debe transmitir sinceridad y compromiso con nuestros oyentes. Nuestro público siempre es lo más importante. Habremos preparado nuestra charla para ellos y no para nosotros.
Será importante que empleemos solo las palabras técnicas que sean imprescindibles y si es preciso explicarlas debidamente. No es lo mismo si tienes que hablar sobre la inflación a un grupo de economistas que si lo haces para estudiantes de bachiller.
En el primer ejemplo, el de los profesionales de la economía, tendrás que esforzarte más en ser preciso y menos en evitar tecnicismos. El lenguaje corporal que emplearás con ellos será diferente del que usarás con los jóvenes estudiantes. A estos últimos es probable que el tema les aburra o no les interese. Para ellos tu expresión con las manos tendrá que tratar de divertirles, por ejemplo.
Por todo esto, nuestro lenguaje no verbal se debe adaptar a la situación en la que estemos hablando. Como ejemplo, levantar la palma de la mano hacia el público puede pedir atención en unos casos o expresar solemnidad en otros. Por supuesto, para conseguir estas diferencias de forma correcta, sumaremos a nuestros gestos el tono y el timbre de nuestra voz.
Con ambos recursos podremos transmitir con precisión exactamente lo que queramos decir.
Así que cuando hables en público mueve las manos de forma natural, porque al hacerlo le darás a tu público confianza y seguridad.
¿Cuáles son los trucos que puedo utilizar con mis manos?
Algunos de estos recursos te ayudarán a la hora de hablar en público, además de a mantener atenta a tu audiencia.
–Meter los pulgares dentro de los bolsillos: Este gesto deja tus palmas fuera de los bolsillos y te permite palmear tus piernas repetidamente. Esto es muy útil mientras haces una pausa, por ejemplo, y observas al grupo con cara interrogante. Dará un toque cómico tras el cual podrás sacar una de tus manos y señalar a alguien del público para preguntarle algo.
–Cruzar los brazos: Caminar con los brazos cruzados por el escenario mientras se habla, no es algo muy natural. Por lo que de hacerlo debe usarse como una herramienta cómica, por ejemplo. No obstante, en otras ocasiones puedes detenerte y cruzarte de brazos mientras anuncias algo con solemnidad, para darle empaque o para lanzar una cuestión al público.
Esto debe de hacerse con cuidado, ya que puede confundirse con arrogancia.
–Entrelazar los dedos de las manos delante de nosotros: Este gesto puede ser muy útil si pretendemos dotar de importancia a nuestras palabras. También si queremos que nuestro público piense sobre lo que estamos diciendo. Podemos acompañarlo de movimientos visibles con las puntas de los dedos índices. Cuando terminemos la explicación, podemos separar las manos y los brazos hacia delante, como lanzando la pregunta a todos.
–Mantener los brazos flexionados y las manos en movimiento: Para dar dinamismo a nuestras palabras es importante que, la mayor parte del tiempo, nuestros antebrazos se mantengan por encima de nuestra cintura. Podemos hacer que nuestras manos se muevan e indiquen hacia las personas que nos escuchan.
Como ves, las manos ofrecen un enorme registro de posibilidades que puedes usar mientras hablas con otras personas. Usarlas bien puede diferenciarte de quien transmite una actitud reprimida ansiosa o negativa, por ejemplo.
Referencias Bibliográficas:
- Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Madrid: Debate.
- Pease, A. y Pease, B. (2010) El lenguaje del cuerpo: Cómo interpretar a los demás a través de sus gestos. Barcelona: Amat.