Mail diario #5
Si eres una persona promedio, lo más normal será que no te hayan disparado y si lo han hecho y estás leyendo esto deduzco que seguirás con vida. Así que si la historia se puede contar, pues puedes contármela. Ya sabes, me encantan las historias.
No te hagas ideas raras. Todas las veces que me dispararon fueron en situaciones de caza o relacionadas con la caza y creo que no fueron intencionadas.
La primera de todas, creo que fue (tengo dudas con los tiempos, la memoria es así) tras una batida de jabalí, cuando ya estábamos de sobremesa fuera de un restaurante. La típica conversación que si esta escopeta es mejor, que si los rifles de cerrojo son más precisos que los semi automáticos… En definitiva nada trascendente, casi nunca lo son.
En esas estábamos (yo escuchando) cuando alguien dijo: pues tengo una escopeta en el maletero que llevará ahí por lo menos 2 años. Por si no sabes nada sobre el reglamento de armas, eso está muy mal, muy prohibido y muy todo. Vale que eran los 90 y que el propietario del arma era un mando retirado de la GC. Pero mal estaba.
Saca el arma a ver como está, se habrá oxidado y bla, bla. No sé lo que se dijo exactamente, pero el hombre volvió de su coche con una funda larga y en su interior una repetidora, que rápidamente sacó de la funda.
Como hacía sol, estábamos apoyados a la sombra de una pared de ladrillo caravista rojo (me acuerdo como si fuese hoy). El hombre de frente, nos mostraba la escopeta, que por cierto estaba en perfectas condiciones (demasiado perfectas de hecho).
-Recuerdo que se me encaraba muy bien esta arma- dijo en lo que se la llevaba al hombro y apuntaba a la pared en la que estábamos apoyados los demás.
Todo normal. El mundo de la caza era así y si quien te apuntaba era un Guardia Civil pues más confianza aún.
¡Boom! Los cascotes de ladrillo entre mi y Jaime (un amigo mucho mayor que yo) nos dijo a todos que el arma llevaba 2 años cargada en el maletero. Las armas sólo saben explicarse así y lo hacen estupendamente. Nadie salió herido, ni un poco y la charla cambió de derrotero.
La segunda vez, creo, fue estando yo defendiendo (se llama así a la acción de esperar en un puesto) un puesto en un cortadero de una ladera. Yo veía al siguiente puesto y al anterior en la misma ladera. La teoría es fácil de entender y un poco menos fácil de ejecutar. Solo puedes disparar hacia abajo y muy poco en ángulo a tu derecha o izquierda para no enfrentar la trayectoria de la bala hacia el siguiente puesto. Esa es la parte fácil de entender.
La difícil, la de ejecutar la teoría, es que cuando se mete el animal en el visor, se tiende a seguirlo por instinto y algunas personas se olvidan de que están abandonando su zona de tiro y poniendo en peligro A MI.
El puesto de mi derecha comienza a disparar a un zorro. Yo veo que el zorro viene por la ladera hacia a mi y los disparos también y cada vez más cerca. Las balas resonaban (no los disparos) contra las rocas al punto que tuve que tirarme al suelo detrás de una roca y el imbécil siguió disparando hasta que se le descargó el arma.
Hay algo que debes saber. La bala que has escuchado pasar, o rebotar ya la has librado. Porque el sonido va más lento. Pero acojona un rato.
La tercera vez fue con escopeta y perdigón. Primer día de la apertura de la media veda, donde se caza la codorniz, y las ganas podían a la paciencia de algunas personas. Sale todo el mundo corriendo y yo decido aguantar un poco. Eran los 90 y había codornices para exportar.
De pronto, dos amigos míos. Uno conocido y el otro amigo levantan una codorniz que se vuela en mi dirección. Te explico, eso es un NO DISPARAR. Pues como vi el cañón apuntando en mi dirección, CUERPO A TIERRA. No te lo vas a creer, pero mi amigo era miembro de la policía autonómica vasca y mi conocido era el mando de la comisaría de mi amigo. Como te digo, eran los 90.
La Cuarta vez fue la que más cerca estuvo de costarme un disgusto serio (pierna amputada, brazo…) o la propia vida. Te voy a explicar algo que seguramente no sepas. Creo (no estoy seguro del dato y no lo voy a buscar ahora) que fue en la Convención de Ginebra, donde se estableció que la munición militar y policial debe ser de tipo no expansivo. Es decir, debe ser blindada o perforante, para minimizar el número de bajas.
Esto tiene diferentes ventajas. La primera que menos personas pierden la vida. La segunda que se dejan más heridos, lisiados, inválidos… (en las guerras) y eso hace que el enemigo deba destinar recursos, tiempo y dinero a recuperar a esos heridos. Dicho de otro modo y entre comillas, comillas, la munición militar y policial tiene la sana intención de herir, que no de matar.
Pero la de caza,… eso es otra liga. Una muy diferente, de hecho. En caza se busca lo contrario, no herir y matar lo más rápido posible. Por diferentes motivos. El que debiera ser el primero siempre y digo debería, es el de evitar el mayor sufrimiento posible de los animales. El segundo evitar tener que pistear animales lejos de donde se les disparó.
El mayor problema es que la gente dispara balas y por lo general tiene muy poco conocimiento sobre las capacidades de lo que está disparando. Y eso siempre da problemas. Y no da más porque como se suele decir: No pasan más cosas porque Dios no quiere.
Mira, te voy a dar unos datos de cabeza, que no serán precisos, pero sí muy aproximados.
En España el calibre de rifle todoterreno es el 30.06. El 30 se refiere a que su diámetro es 0,3 pulgadas ó 7,62mm. El 06 se refiere a que nació en 1906. Pues este calibre se ideó para ametralladoras ligeras de medio rango que batían distancias de hasta 1,5 Km. Todo bien ¿verdad?
Se dice que a bala perdida y apuntando alto, una bala del 30.06 te puede matar (a bala perdida) a 7 km de distancia. Ahora tu tranquilidad habrá alcanzado cotas desconocidas hasta ahora.
Bueno. Pues una bala de caza de ese calibre puede hacer una herida de entrada de unos 8 milímetros de diámetro y una salida del tamaño de un puño de un hombre adulto. Para hacer esa salida, se habrá llevado huesos por delante y tiende a ser poco compatible con la vida del ser humano.
Pues te vas a reir. Era última hora de la tarde y Vicente (un amigo) y yo teníamos que volver al todoterreno por un campo segado de trigo, junto a uno de girasoles. Era tarde, estaba muy oscuro y se veía lo justo. Hasta aquí todo bien. Pero, había un gran pero. Cerca del coche habíamos dejado al Ertzaina que ya me había disparado en la codorniz otro año. Llámame desconfiado, pero tranquilo no iba.
-¿Como nos va a disparar?- me replicó Vicen al avisarle yo del peligro. -Si sabe que tenemos que volver por aquí.
-Se pone muy nervioso, Vicen. Muy nerv… ¡Boom!
La bala pegó en la tierra entre Vicen y yo. Nos salvó que, bajo nerviosismo, el policía era mal tirador. Su rifle, por cierto, en ese caso era un .300 Winchester Magnum. Una versión del mismo calibre que el anterior pero mucho más potente. Eran los 90 y sobreviví.
¿Y por qué te cuento todo esto?
Pues porque, otro ser humano podría haberse traumado, generar miedo a las armas, a los cazadores… Sin embargo todas estas experiencias y otras que te contaré me fortalecieron y las interpreté como aprendizajes. Muy valiosos por cierto. Aprendizajes que muchas veces empleo con la ayuda de la hipnosis apara ayudar a personas de todo tipo a superar traumas, fobias y miedos.
Puedes contarme tu caso, sin compromiso en mi Whatsapp.
Buenas noches.
