Mail diario

Soñó una vida y no se encontró en ella

Mail diario #1

Durante la carrera de periodismo Maite tenía todo lo que quería y no imaginaba que su vida pudiese ser de una manera diferente. Si hubieras visto las fotos que me enseñó la habrías adorado o envidiado. Guapa, delgada y qué coño con un cuerpazo de escándalo. Además de simpática. Esto lo sé porque lo sigue siendo y mucho.

Su novio, la complementaba en físico y carisma. Remero de Deusto, Iñaki era un tipo fuerte, con carácter y muy extrovertido. Se habían conocido en el primer año de instituto y ya sabes, se juraron amor eterno y seguramente idealizaron su vida de algún modo. ¿Quién no lo ha hecho una o docenas de veces?

Pero claro, el guionista tenía un plan distinto o como lo llaman, i¡un giro inesperado en la historia.

Salida de fin de semana con amigos. Con el plan o mejor dicho con el magnífico plan de hacer el famoso descenso del Sella en asturias. Alquilaron un alojamiento rural con 20 ó más camas y se dispusieron a pasar un fin de semana para recordar. Y vaya si lo sería.

La primera noche, después de la cena jugaron al Yo Nunca. Por si ya no se juega a eso, consiste en, cuando sea tu turno, decir algo que no hayas hecho y  si alguno de los participantes o varios lo ha hecho pues simplemente beben. Si ninguno lo ha hecho, bebes tu.

Simple, sencillo y de una eficacia probada en miles de grupos de amigos. El objetivo de emborracharse se consigue el 100% de las veces más pronto que tarde.

Por supuesto Maite ya había jugado e Iñaki también. Solo que esa noche, la cama compartida, la falta de preservativos y la audacia de yo controlo y me salgo, pues…

Nueve meses más tarde nació Alaitz. Una preciosa niña que truncó la carrera periodística de Maite y ya de paso la de Iñaki que tuvo que buscar trabajo para mantener a la que ahora era su familia.

Hasta aquí todo muy habitual y nada que no hayas escuchado. Pero la historia mejora o empeora, según se mire.

Cuando Alaitz cumplió los 5 meses, la detectaron una patología extraña. Son niños especiales les dijeron. Les llaman lo niños músicos y necesitará de atención durante toda su vida. También les dijeron que su corazón no estaba todo lo maduro que debiera estar y que en un futuro inciertamente cercano o lejano necesitaría de una cirugía bastante importante. Por no llamarla por su nombre:

Peligrosa de cojones.

Imagínate a ti, con tu pareja, con ventipocos con ese pastel y además sin dinero y con unos padres super comprensivos por ambas partes que te dicen: sois mayorcitos, buscaros la vida.

¿Y qué hicieron? Pues buscársela, claro.

Iñaki encontró trabajo de peón en la obra y Maite hizo de madre a tiempo completo, lo mejor que pudo.

Ten en cuenta que muchos niños con necesidades especiales necesitan un 24-7 de atención. Y en este caso, como en tantos otros la madre fue quien sacrificó laboralmente y personalmente.

Cuatro años más tarde la familia creció y llegó Lucas. Un niño tan movido que terminó medicado con anfetaminas (es algo habitual). Lucas fue una especie de fármaco de prescripción médica.

Un segundo hijo suele modificar la carga familiar– les habían dicho. Y vaya si lo hizo.

Para cuando Lucas nació, Maite llevaba sin hacer ejercicio 4 años. Y ano iba a natación ni salía a correr. Y la vida le regalaba ansiedad un día sí y otro también, que mitigaba comiendo.

Cuando Lucas llegó al mundo, Maite había ganado 15 kilos. Ya no se sentía bonita, por no decir que no sabía quién era la del espejo cuando se la encontraba delante.

Los niños crecieron y Maite también. Al punto de que cuando la conocí en el cuarto año de colegió de su niño hiperactivo, había ganado 15 kilos adicionales. Se vestía siempre con chandal y casi no salía de casa por vergüenza. Su marido, Iñaki también había ganado peso, aunque no dramáticamente y la relación entre ambos se había…

Se había modificado. Se querían, sí. Pero de un modo muy distinto y las relaciones sexuales brillaban por su ausencia desde hacía 3 años (sospecho que más).

Apatía, falta de ánimo, sin ganas por la vida para sí misma, sin objetivos, sin esperanza… Así se describió Maite regalándome una sonrisa a través de la pantalla.

Un día Maite me escribió un Whatsapp. El primero de muchos. Sin darme ninguna credibilidad o sin ganas de creer en nada. Quería verse bonita de nuevo. Pero ese deseo le parecía tan distante o apartado de su realidad que se le hacía irreal de un modo imposible de entender si lo miras desde fuera.

-En vez de gastarte el dinero en métodos maravillosos, puedes probar a comer un poco menos y de paso ahorramos- Le había dicho Iñaki con ternura y comprensión (eso era sarcasmo).

Imagina por un momento ser una caricatura grotesca de lo que eras. No a nivel físico. No. Mucho más doloroso, mucho más hiriente. Una caricatura de tu yo, de tu alma. ¿Te lo imaginas?

No te voy a decir que Maite (nombre debidamente cambiado, y no, no estudiaba en Deusto) me contrató y transformo su cuerpo, su mentalidad y su vida. Porque a pesar de estar profundamente convencida y de creer en mi (así me lo dijo en repetidas ocasiones), tiene tanto miedo al fracaso, a la burla, a la crítica que no ha dado el paso.

Pero sé (no sé como, pero quiero que sea y entonces será) que lo dará y le ayudaré a conseguirlo.

Porque Maite, tu sabes quién eres y te lo mereces. Y si no eres Maite, también te lo mereces.

Porque ¿sabes qué? Tenemos esta vida y debemos vivirla.

Buenas noches.

Sergio Álava
Sergio Álava

Comportamiento subconsciente

Últimos post

Sergio Álava
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.