Mail diario #15
Verás.
Uno de mis mejores amigos, Victor, es una de las personas más inteligentes que conozco. Y eso no es decir poco, sino mucho, porque a estas alturas ya debes de saber que conozco a muchas personas.
Además de inteligente, Victor tiene una capacidad resolutiva que ya la quisieran los mejores ingenieros de la NASA y no, no estoy exagerando ni un poco.
Y además de todo eso, Victor está gordo. No lo digo en plan despectivo, lo digo porque lo dice él mismo y lo digo para que le joda. ¿Por qué quiero joderle? Pues porque es mi amigo y quiero que adelgace. Porque si adelgaza estadísticamente vivirá más y eso me permitirá disfrutar de nuestras charlas más años.
Soy egoísta, lo sé. ¿Quién coño no es egoísta en algo así?
Conozco a Victor desde hace más de 20 años y sí, nuestra relación empezó por teléfono y se mantuvo así muchos años, como la de Pedro.
Desde que le conozco, Victor ha estado gordo y eso se debe a que aunque le joda a él, es más viejo que yo.
Te voy a dar unas cifras, para que te hagas una idea y después te voy a dar unos datos, para que no te confundas.
Victor mide 1,74 cm y llegó a pesar en torno a 198 Kg. Ahora estás pensando cosas y te estás equivocando porque no le has visto y no le conoces. Estas eran las cifras.
Ahora te doy los datos. En 1992, sí, sí ha llovido la de Dios desde entonces y Freddie Mercury murió ese año y Montserrat Caballé tuvo que cantar sola y fueron las olimpiadas de Barcelona.
Pues Victor competía en Judo y “solo” quedó tercero de España en categoría pesada. De haber seguido así habría llegado a entrar como suplente al equipo olímpico. Es sólo para que te hagas idea de que en ese entonces, yo no lo conocía y él no estaba gordo. Estaba como un tanque de fuerte.
Tan fuerte estaba que quedó 2 veces segundo de España en pulsos.
Y fuerte sigue estando, oh sí.
¿Te he dicho que no conozco a muchas personas más inteligentes (no sé si conozco alguna)? Pues no conozco a nadie con más fuerza y eso es decir mucho. Tampoco conozco a nadie que se halla pegado con mas de 1.000 personas (en sus propias palabras).
Le he visto ridiculizar a forzudos de gimnasio y no solo acojonarlos, aterrorizarlos.
Tampoco conozco a nadie, con más historias buenas y dignas de contar sobre su propia vida. Y ya sabes lo que me gustan las historias. Y además las cuenta bien.
Y te voy a contar una de forzudos de gimnasio.
Aparece un tipo en su taller (Victor tiene un taller) acompañado por algún conocido común.
El forzudo e irrespetuoso le dice a mi amigo nada más llegar:
-¡Joder que gordo estás!
-¡Y tu eres gilipollas!- responde Victor como si nada.
-¡Oye!- con chulería. -Que yo no te he insultado.
-Sí, me has llamado gordo y no te conozco de nada- en el tono conciliador de quien te va a arrancar la yugular, replica Victor. – Pero mira, como yo estoy gordo y tu eres gilipollas, si este (el conocido común que no sabía donde meterse) tira un billete de 500€ al suelo, el billete terminará en mi bolsillo- afirma sin darse importancia.
-¡Ja! Yo lo cogeré antes- se jacta el gilipollas.
-No me has entendido- contesta Victor adoptando una mirada felina y cargando su voz de más gravedad.- He dicho que terminará en MI bolsillo.
¿Crees que llegaron a jugar a ese juego? Pues no y Victor quería, vaya que si quería.
PD: La historia no fue exactamente así. Y la he resumido, porque las historias de Victor siempre son más largas, como deben serlo las buenas historias.
Pues la gente inteligente, como Victor, o como tu probablemente, no adelgaza por varios motivos. Pero hay uno que es el más importante y te voy a explicar por qué.
No hace falta que te diga, que a Victor le gusta comer. Le gusta mucho y normalmente no come como un pajarillo. No, come como una bandada de estorninos en migración.
¿Te he dicho que Victor está gordo? Bien, está gordo pero es feliz y presta atención que aquí viene la clave de todo esto.
Un día Victor me dijo: -Tengo que adelgazar tío. Esta vez me lo voy a tomar en serio.
¿Y le creí? NO COÑO.
¿Por qué no le creí? Pues porque te he dicho que un día me dijo… pero no te había dicho que era la enésima vez que me lo decía y entonces empezaba a cuidarse un poco y al poco tiempo abandonaba.
Pero entonces, el año pasado ocurrió algo diferente. Algo que empezaría a cambiar el juego.
Ese día Victor me dijo: -Tengo que adelgazar tío. Esta vez me lo voy a tomar en serio.
Sí, es lo mismo que las muchas veces anteriores. Pero añadió lo siguiente:
Sé que puedo estar gordo y ser feliz, pero me he dado cuenta que no puedo estar sano, estando gordo.
¡JODER! Ya era hora tío.
Pues bien. Poco a poco Victor va cumpliendo sus metas y objetivos. Es un tipo inteligente, así que se ha marcado metas alcanzables y realistas. De ese modo no se desanima.
Ahora pesa 155 kilos.
¡FELICIDADES CABRÓN!
¿Me ha pedido ayuda Victor para que hagamos algo con hipnosis? NO.
¿Se la he ofrecido? Fugazmente alguna vez. Porque creo que la hipnosis le da miedo. No, no lo creo. Le da miedo y punto. Porque sí, las personas inteligentes también tienen miedos estúpidos. Miedos a lo desconocido.
El sabe que aquí me tiene y además le saldrá gratis, como gratis me han salido a mi otras cosas que regala la amistad.
Entonces, la síntesis es que si tienes sobrepeso, puedes ser feliz. Joder, espero y deseo que lo seas. Pero no puedes estar sano/a. Eso es irrebatible, digan lo que digan tus análisis.
¿Cuántas personas de 90 años has visto con sobrepeso?
Pues eso.
¿Y por qué te cuento todo esto?
Pues porque te puedo ayudar a cambiar los comportamientos que te mantienen en sobrepeso. Puedo hacerlo, gracias a esa rara habilidad y me gustaría trabajar contigo. No será gratis, pero te será muy rentable.
Así que si quieres cambiar algo, puedes escribirme a mi Whatsapp o mail y hablarme de tus objetivos.
Buenas noches.
