Cómo evitar procrastinar

Si quieres evitar procrastinar en alguna faceta de tu vida, aquí te enseño cómo de forma fácil y eficiente.

Procrastinar o dejar las cosas para después es algo que le pasa a casi todo el mundo en algún tipo de tarea.

Es decir, una persona puede ser muy responsable y metódica en ciertas áreas de su día a día, pero ser procrastinadora en otras. Otras personas llevan la procrastinación a niveles profesionales y posponen absolutamente todo a sabiendas de que hacerlo les traerá problemas futuros.

El problema de posponer supone, en muchos casos, que cada vez la tarea pospuesta es más y más grande, por lo que cada vez se requiere más esfuerzo para hacerla y por tanto menos nos apetecerá llevarla a término. Tareas del día a día como recoger, ordenar, limpiar o planchar son clásicos de la procrastinación.

Pero hay muchos más hábitos, por supuesto. Estudiar, hacer ejercicio, llamar a amigos, entregar trabajos con fecha límite en el último minuto, arreglar ese enchufe de la pared que está colgando, cambiar la bombilla del pasillo, hacer una hoja de excel para los gastos, planificar las vacaciones con tiempo, bañar al perro y así hasta el infinito.

Las causas de esto pueden ser innumerables también.

La pereza, el aburrimiento, la sensación de que no es tan importante, el convencimiento de que lo haré en otro momento y a tiempo, preferir hacer otra cosa justo en ese momento, inconveniencia de hacerlo ahora. Cada cual tendrá sus propias excusas o desmotivaciones y justo en esta palabra está la clave.

Somos muy buenos posponiendo porque no añadimos ninguna motivación. En las tareas en las que nunca procrastinamos o nunca posponemos, siempre, absolutamente siempre hay una motivación lo suficientemente poderosa para que la hagamos en tiempo y forma. Encontrar una motivación para aquello en lo que posponemos es fundamental y tremendamente difícil si tiene que ser una motivación diferente para cada cosa.

Lo más eficiente por lo tanto será emplear la misma motivación para todo aquello que dejamos para más adelante. Esa motivación no es otra que la del placer de haberlo terminado ya o la motivación de ver la tarea cumplida a tiempo. No importa si es una tarea diaria, semanal, mensual o anual. Hacerla y terminarla siempre será una recompensa, más que más si nos acostumbramos a felicitarnos por nuestros logros.

Hay una máxima o cita que recordarla me ayuda mucho a no posponer, es la siguiente:

Siempre es más fácil estar al día que ponerse al día.

La frase no necesita explicación, solo necesita interiorizarse ya que hacerlo ayuda a no posponer.

Pero para ayudarte a lograr no procrastinar en nada te voy a recomendar 2 estratégias que funcionan con absolutamente todas las personas. Primero por su baja carga de esfuerzo y segundo por su alta eficiencia. Son las estratégias de los 2 y los 5 minutos respectivamente.

La regla de los 2 minutos dice que si hacer una tarea te va a llevar 2 minutos o menos hazla ahora y quítala del medio.
La idea detrás de esta regla es que muchas tareas pequeñas y simples pueden acumularse y convertirse en una carga mental si las postergamos continuamente. Al abordar estas tareas de menos de 2 minutos de inmediato, no solo las completamos rápidamente, sino que también nos liberamos de la carga mental y el estrés asociados con ellas.

-Responder un correo electrónico breve.
-Hacer una llamada telefónica rápida.
-Ordenar un documento o archivo.
-Poner una carga de ropa en la lavadora.
-Hacer la cama.
-Meter los platos en el lavavaplatos.
-O hacer anotaciones rápidas en una agenda.
Son solo algunos ejemplos aplicables a esta regla.

La clave para aprovechar al máximo la regla de los 2 minutos es identificar esas pequeñas tareas que pueden completarse rápidamente y hacerlas de inmediato, sin posponerlas.

Esto te ayudará a mantener tu flujo de trabajo, evitar la acumulación de tareas y reducir el estrés asociado con la procrastinación.

Por su parte la «regla de los 5 minutos» es una estrategia para superar la procrastinación y comenzar una tarea o actividad que puede parecer abrumadora o poco atractiva en ese momento. La idea principal es comprometerte a dedicar solo 5 minutos al día a esa tarea, sin importar cuán grande o desafiante sea. Después de los primeros 5 minutos, tienes la opción de continuar si te sientes con motivación o detenerte hasta el día siguiente.

Esta regla se basa en el principio de que la parte más difícil de cualquier tarea es comenzar. Al limitar el tiempo inicial a solo 5 minutos, reduces la resistencia mental y te permites iniciar la actividad. Una vez que te involucras en la tarea, es más probable que te sientas con motivación y continúes trabajando en ella.

Esta estrategia la apliqué con éxito con mi hija de 8 años.

Ella tenía su habitación sumida en un auténtico desbarajuste de desorden y cosas amontonadas. Por lo que le propuse que cada día después de comer pusiese un temporizador de 5 minutos y recogiese alguna zona de su habitación hasta que sonase la alarma.

¿Qué ocurrió? Pues que en pocos días la tarea se extinguió. Ya no había nada que recoger u ordenar. Los insignificantes 5 minutos por acumulación habían terminado la tarea. Ahora mantener al día la habitación le supone menos de 2 minutos cada día y la mayoría de días ni tan siquiera eso.

La regla de los 5 minutos se puede aplicar a infinidad de situaciones. Por ejemplo, si te cuesta empezar a hacer ejercicio, puedes comprometerte a hacer ejercicio durante al menos 5 minutos y luego decidir si quieres seguir adelante. En el ámbito del trabajo o los estudios, puedes dedicar 5 minutos a comenzar un proyecto o tarea que hayas estado posponiendo.

Algunos ejemplos donde puedes aplicar esta estratégia son:
-Limpiar las ventanas
-Pasar la aspiradora
-Hacer flexiones
-Salir a correr
-Ordenar tu armario
-Meditar
-Escribir en tu blog o proyecto literario
-Estudiar
-Planificar
-Llamar a clientes
-Revisar pedidos
-Actualizar tu web
-Anunciar las cosas que no utilizas en vinted
-Practicar un idioma en Duolingo
y un etcétera casi infinito.

Recuerda que ahora mismo no le dedicas ni un segundo a esa o esas tareas en las que procrastinas.

5 minutos al día son muchos minutos por simple acumulación y con seguridad habrá días que dediques más tiempo por pura motivación o placer.
Eso sí, esta regla no puede romperse ni evitarse porque ayer hicieras 10 minutos. Eso no sirve. Si ayer hiciste más de lo que correspondía hoy deberás hacer mínimo los 5 minutos correspondientes y así sucesivamente.

Además puedes emplear la técnica de planificar en el calendario acciones concretas de 5 minutos para ayudarte a mantenerte o ponerte al día como hice yo con mi hija. Asignar en el calendario con su correspondiente alarma una hora del día para los 5 minutos de la tarea, meta, objetivo u obligación te ayudará en el cumplimiento y además te servirá de método contable para ver el resultado de tu progreso.

Comprobar que avanzamos nos sienta bien y nos ayuda a continuar. Así que dejate de excusas y comienza ya con estas dos estrategias. Comprobarás como trabajar el ahora sobre una tarea te hará más fácil trabajar el ahora de la siguiente, y así sucesivamente.
Dicho de otro modo dejar de procrastinar en algo hará que casi sin querer dejes de posponer en lo demás.

¿Te interesan los temas sobre los que escribo?.
Suscribete a mi podcast
y te mantendré informado de las novedades.

Sergio Álava
Sergio Álava

Experto en comportamiento
Linkedin - Instagram - Twitter

¿En qué te puedo ayudar?

Modificar hábitos y comportamiento
Modificar hábitos y comportamiento

Últimos post

Instagram