Mejorar imitando a los mejores

Mejorar en el desempeño de algo es el objetivo que todas las personas tenemos. De hecho siempre queremos mejorar en una o varias tareas. Copiar a otras personas puede ser la mejor opción en muchas ocasiones. Aquí te explico en qué consiste y cómo hacerlo.

Todo el mundo tiene objetivos y metas.

Por ejemplo, algo simple como salir a correr a diario o varios días cada semana es algo que hacen cientos de miles de personas y lo que otras tantas desean hacer pero no terminan de conseguir.
Entonces, la pregunta es la siguiente: ¿por qué unas personas lo consiguen y otras no?
La respuesta que ha encontrado la ciencia del comportamiento es bastante simple, quienes sí lo consiguen emplean estratégias eficientes para generar y fomentar el hábito y quienes no lo hacen muchas veces ni siquiera emplean ninguna estrategia.

Copiar estrategias que les funcionan a otras personas es en muchas ocasiones el método más simple para alcanzar el mismo objetivo o un resultado o desempeño similar. Para ello deberemos fijarnos en cómo lo hacen esas personas o si es posible preguntando cómo lo hacen. Esta es una de las técnicas más conocidas de la Programación Neurolingüística o PNL.

Copiar comportamientos se denomina modelado y el modelado consiste en replicar el comportamiento de la persona exitosa, en lo que queramos conseguir, hasta en el más mínimo detalle. Por ejemplo, replicar un comportamiento decaido y depresivo detalladamente nos llevará a un estado depresivo con toda seguridad. Si por contra copiamos el comportamiento detallado de alguien optimista, el optimismo llegará a nuestra vida.

Este tipo de comportamientos modelados sobre otros los hemos visto en cientos y cientos de ocasiones.

Es más, hemos modelado a otras personas miles de veces a lo largo de nuestra vida sin darnos cuenta de ello.

Esto es porque el ser humano basa gran parte de su aprendizaje en el modelado de otros. Dicho de otro modo, cuando un individuo observa un comportamiento exitoso en otra persona, trata de copiarlo aunque sea de una forma muy rudimentaria. Todos nos hemos divertido viendo como los niños imitan a los adultos en muchas situaciones. Los niños desean ser como sus referentes adultos y para lograrlo les imitan.

Imitan gestos, frases y tonos de voz cuando quieren aparentar enfado, sabiduría o cuando quieren parecer mayores. El cine ha sido, por su parte, un enorme vivero de modelado durante décadas, donde actores y actrices han sido imitados por millones de personas, unas veces de forma consciente y otras de forma inconsciente.

Imitar las acciones, las posturas seductoras, las dominantes o las graciosas de nuestro personaje favorito es sólo una parte del modelado ya que el estilo de vestir también nos influye en gran medida. Personajes reales y ficticios han creado y crean tendencias duraderas durante décadas.

Madona, las gafas de aviador de Top Gun, Michael Jackson, el look rockero de Grease o Rosalía son algunas de las tendencias más evidentes, de uno y otro tiempo. Pero existen otras muchas donde el personaje ha sentado cátedra en estilo y formas de actuar.

El modelado o imitación es algo que realizamos en nuestro día a día hasta unos límites que son inimaginables de creer y en muchos casos difíciles de medir si no se es un observador experimentado o si no se dispone de tecnología adecuada y sujetos de estudio. Pero en cierto modo todas las personas somos conscientes de que somos imitados e imitadores al mismo tiempo.

Por norma, el ser humano busca agradar a otros congéneres, ya que es una de las claves para el éxito, la integración, la aceptación, la asociación y sí, para la reproducción.

El dicho de la sabiduría popular : Allá donde fueres haz lo que vieres, deja esto claro y te dice con simplicidad que imites.

Un ejemplo muy claro y revelador suele ser el modelado de acentos. Por ejemplo, cuando alguien del norte conoce a alguien del sur, se producirá un proceso de ajuste en sus respectivos acentos casi de manera instantánea y totalmente inconsciente. Y este proceso se perfeccionará durante meses y años si alguna de las personas se traslada a vivir a la otra punta de la península.

Personalmente tengo un amigo nacido en León que lleva casi 20 años viviendo en Sevilla, para mí es un sevillano más por su forma de hablar y expresarse, pero para los sevillanos no lo es. Es más, cuando vuelve al norte por vacaciones, en pocos días su acento sevillano se diluye al igual que sus expresiones. Y cuando vuelve a su querida Sevilla recupera de inmediato todo lo aprendido durante dos décadas ¿Por qué ocurre esto? Porque tratamos de agradar, de coincidir o de encajar. Por eso cuando nuestro subconsciente domina una tarea, la adopta de inmediato para relacionarse con otras personas.

Cuando hablamos con la persona que nos gusta o con una a la que queremos agradar copiamos terminaciones de frases, copiamos sus expresiones y sus gestos. Pero esta es solo una parte visible de este proceso. Lo que la investigación ha demostrado va mucho más allá.

Lo que ocurre además es que nos acompasamos a los demás. Si pasamos el suficiente tiempo con una persona terminaremos ajustando y acompasando nuestras respiraciones con las suyas, por ejemplo. Por supuesto la otra persona también lo hará, por lo que al final llegaremos a algo parecido a un punto medio. Ocurrirá también con el ritmo cardíaco, con la lentitud o rapidez de movimientos y por supuesto con el número de bostezos.

Seguramente hayas sentido alguna vez como ciertas personas te roban la energía o cómo otras te animan y energizan.

En realidad somos nosotros mismos acompasando o imitando a esas personas para estar en su misma sintonía.
Por tanto ya que copiar, modelar o acompasar es algo que hacemos de forma innata y constantemente ¿por qué no sacar partido de ello haciéndolo de forma consciente?

Prueba esto ahora mismo, es un ejercicio que ya has hecho antes pero igualmente hazlo. Ahora simplemente sonríe de forma amplia y mantén la sonrisa forzada unos cuantos segundos mientras me escuchas. Seguramente ya hayas notado el cambio de grado en tu humor, por supuesto un cambio hacia un mejor humor.

Bueno, ya puedes parar, que esto es serio. Para que veas el poder de la imitación y de cómo tendemos a imitar sin tan siquiera darnos cuenta, puedes hacer el siguiente ejercicio cuando vayas por la calle.
A medida que te vayas cruzando con personas desconocidas, dedícales una leve sonrisa. Hazlo con todas las personas con las que te cruces y verás como más del 90% te devuelve la sonrisa.

Para que valores el poder de esto junto con la importancia de como trabaja nuestra memoria a corto plazo, puedes ponerte el reto de al finalizar tu día, sonreír a un mínimo de 5 personas por separado. Cuanto más cerca estén esas sonrisas de tu llegada a casa, mejor será la valoración de tu subconsciente sobre el día que has tenido.
Dicho de otro modo, si tu día había sido un día de mierda antes de sonreír a esas personas, tu subconsciente hará un ajuste después y la percepción de tu día será mucho más positiva.
Es una forma simple y efectiva de sentirte bien día tras día.

Imagina como cambiará tu humor si sonríes a 20 personas.

Da igual en lo que quieras mejorar, siempre habrá alguien mejor de quien poder aprender. Tanto si si tocas el piano, la guitarra o juegas al golf, al tenis o si quieres mejorar tu oratoria en público. Con toda probabilidad tendrás material gráfico a tu disposición en la red de tu referente favorito. Fíjate en todo lo que hace esa persona e imita su comportamiento.

Pero no pretendas imitar todo el conjunto de acciones de golpe. Divide el objetivo de imitar en zonas corporales. Puedes empezar por la cara, y cuando domines todas sus expresiones, puedes sumar la posición y acciones de sus brazos y así sucesivamente.
Verás como en poco tiempo tu desempeño mejora notablemente.

El por qué de esto es el estado emocional y mental asociado a cada posición, a cada gesto y a cada acción realizada de una forma determinada.
Se dice que la emoción sin representación física no existe y así es. Si se reprime la expresión, la emoción disminuye e incluso desaparece.

Pero también funciona a la inversa y esta es la parte de la que hablamos ahora. Si recreamos la expresión física, el estado emocional se manifestará. Nuestro inconsciente no puede llevar la contraria a nuestro físico.
No lo olvides. Ahora tienes una herramienta muy poderosa para mejorar aquello que desees.
Puedes empezar ahora mismo.

 

 

 

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Sergio Álava
Sergio Álava

Experto en comportamiento
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