Sugestión para quitar el dolor de cabeza

Esta sugestión es muy eficaz contra el dolor de cabeza. Mediante la práctica podrás eliminar el dolor de cabeza por completo.

No obstante debes emplearla con consecuencia, por lo que te recomiendo que sigas las instrucciones antes de ponerla en práctica.

Todo el mundo ha sufrido alguna vez de dolores de cabeza y si no lo ha hecho aún es altamente probable que tarde o temprano le ocurra. Además muchas personas padecen de dolores de cabeza crónicos e incluso migrañas que condicionan su vida cuando estas crisis de dolor aparecen.

Se debe tener en cuenta que el dolor es un mecanismo de aviso de nuestro organismo.

Por lo que antes de tratar el dolor en sí mismo, ya sea mediante fármacos, mediante remedios naturales  o mediante algún tipo de sugestión se debe de tener la certeza de que no exista una causa grave que requiera tratamiento.

Es decir, si por ejemplo el dolor es producido por una enfermedad, se deberá tratar primero esa causa antes de trabajar sobre el dolor. Esto es de suma importancia, por lo que te recomiendo que visites a tu médico si tienes dudas al respecto.

Por tanto es muy importante tener en cuenta que esta sugestión será para el resto de casos, donde no haya una base que provoque ese dolor de cabeza o bien para los casos donde el origen sea conocido y se desee mitigar o inhibir su intensidad.

Esta sugestión, una vez practicada, podrá realizarse en cualquier momento y lugar.

No obstante recomiendo que las primeras veces que se realice se escoja un lugar tranquilo y libre de molestias, para mejorar la interiorización del proceso.

En este episodio voy a introducir por primera vez un anclaje de forma específica. El anclaje permitirá, mediante la práctica, que el efecto de la sugestión tenga lugar sin necesidad de realizar la sugestión completa. Dicho de otro modo crearemos o programaremos un interruptor en nuestro inconsciente que disparará el efecto analgésico.

Ese interruptor lo crearemos en ambas manos, de modo que realizaremos el movimiento indicado de forma simultánea con ambas manos al mismo tiempo y de forma expresa y voluntaria.

El anclaje, para este caso concreto, consistirá en juntar las yemas de los dedos indice y pulgar de cada mano y apretar suavemente. Así de simple. Se trata de que el anclaje sea un movimiento que no realicemos de forma asidua, para no entrar en cualquier tipo de conflicto.

Debes de tener en cuenta que el efecto analgésico de la sugestión funciona de forma muy similar a los analgésicos tradicionales.

Es decir funcionan antes y de forma más rápida si se toman en el momento en que notamos el inicio del dolor de cabeza.

Por tanto, si haces esta sugestión justo al inicio de los primeros síntomas, te será más fácil conseguir el efecto. Sobre todo si no has hecho esta sugestión otras veces. Si ya tienes práctica en este tipo de sugestiones tu subconsciente reaccionará antes a ella y muy posiblemente conseguirás un efecto total en el primer intento. Como en cualquier otra tarea la práctica lleva a la excelencia.

Si no has realizado sugestiones previas antes de esta o estás en el inicio de este tipo de prácticas, te recomiendo que detengas el episodio aquí y que vayas a mi página web al apartado podcast y busques esta sugestión. Ahí la encontrarás escrita de principio a fin. Léela un par de veces de manera lenta y pausada, ya que hacerlo te ayudará a interiorizarla antes de ponerla en práctica con este audio.

Si ya tienes práctica, puedes continuar desde aquí. Debes saber que he diseñado esta sugestión basándome en los principios descubiertos por diversas investigaciones, realizadas por diferentes equipos científicos a lo largo de los últimos 50 años.

Todas estas  investigaciones coincidieron en que recrear la sensación de calor en los extremos de nuestras extremidades, junto con la sensación de frío en nuestra cabeza mitigan o eliminan el dolor de cabeza de forma eficaz.

Cierras los ojos y experimentas la tranquilidad y la relajación de encontrarte en un balneario. Es un balneario muy único y especial, puesto que es tú balneario. Está creado y diseñado por ti y para ti. Todo está a tu gusto y podrás acudir a el siempre que quieras y siempre que lo necesites.

Este balneario será tu lugar de descanso, de relajación y de curación. Hoy visitas la zona mixta de baños termales y fríos. Entras en la zona por un pasillo inundado de agua tibia que te llega a los tobillos. Caminas lentamente disfrutando de la suave temperatura. Mientras caminas el agua va subiendo poco a poco. Primero hasta la altura de tus espinillas y poco a poco llega hasta tus rodillas.

Notas el suave hormigueo en tus piernas que produce el calor en tu piel, mientras el agua cálida va calentando tus piernas.

Te detienes y disfrutas del calor que notas en tus pies, en tus tobillos, en tus gemelos. El hormigueo llega hasta tus rodillas y lo disfrutas.

Continuas caminando  poco a poco para sumergir tu cuerpo hasta la cintura. El agradable y suave hormigueo sube por tus piernas hasta tu cintura. Notas como el vapor que caldea el ambiente llega justo hasta tus hombros. Es una sensación placentera y relajante.

Mientras continuas caminando a tu propio ritmo, notas el suave calor subir por tu cuerpo a medida que el agua sube. Poco a poco el agua sube hasta tu abdomen al mismo tiempo que sube con ella el hormigueo producido por el calor del agua.

Poco a poco avanzas y el agua sube hasta tu pecho. Sumerges los brazos y mientras caminas placenteramente llevas tus manos hasta la altura de tu cintura. Las notas calentarse con un suave y agradable hormigueo. Las abres y las cierras varias veces para disfrutar del hormigueo que las calienta.

Ahora juntas las llamas de tus pulgares con las de tus dedos índice y presionas suavemente.  Es la señal que anclará el efecto analgésico. Mantendrás la leve presión hasta que termines tu recorrido. Cada vez que repitas este simple gesto aparecerás en tu balneario.

Sigues caminando disfrutando del suave y cálido paseo mientras el agua poco a poco llega hasta tus hombros y los cubre por completo. El agua caliente los calienta con su hormigueo. Has llegado al final del pasillo y entras en una piscina del tamaño de tu habitación. Es el sitio más profundo y el agua cubre todo tu cuerpo, llegando a casi rozar tu barbilla.

En la pared en frente de ti ves, oyes y notas una cascada de agua muy fría que brota del techo. Y caminas hacia ella.

Quieres sentir el frío en tu cabeza, mientras el resto de tu cuerpo permanece cálido bajo el agua de la piscina. Avanzas hacia la cascada, te giras para ponerte de espaldas  e inclinas la cabeza un poco hacia atrás.  Notas el fuerte frescor mientras el agua resbala desde tu frente hasta cada rincón de tu cabeza. El frío es intenso y te reconforta.

Notas un hormigueo fuerte y frío en lo más alto de tu cabeza que poco a poco se extiende hacia tu nuca y a cada rincón de tu cabeza. La sensación te reconforta mientras al mismo tiempo tus manos y pies permanecen calientes bajo el agua.

Disfrutas de esa sensación compuesta y te mantendrás bajo la cascada tanto como desees.  Disfrutas al mismo tiempo del agradable calor en tus pies y manos y del frío reconfortante en tu cabeza.

Sabes que puedes acudir a tu balneario siempre que quieras y que juntando tus indices y pulgares de forma simultánea aparecerás en el lugar que desees. Quizás sea al principio caminando lentamente con el agua aún por tus tobillos. O quizás como aquí y ahora con tu cuerpo sumergido y cálido y tu cabeza bañada por el agua fría.

Respiras y disfrutas del momento, respiras y te mantienes así disfrutando de las sensaciones de frío en la cabeza y calor en tus manos y pies. Respiras y permaneces así tanto como lo necesites.

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Sergio Álava
Sergio Álava

Experto en comportamiento
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